Facundo, el joven mendocino que es ciego, trabaja en una fábrica y quiere ser locutor
Tiene 24 años y hace 3 que trabaja en una empresa. Dice que ha puesto mucho de sí y que sus padres le enseñaron a querer siempre ser más.
01 de Mayo de 2018

Manos que se vuelven ojos, todo de memoria, recordar donde está guardada tal o cual cosa inevitablemente en el mismo lugar para volver a encontrarla.

Entre enormes transformadores y máquinas transita todos los días Facundo Pavéz (24) para llegar a su puesto de trabajo, un depósito que se encuentra en el corazón de la fábrica Artrans de esos enormes aparatos. El recorrido de memoria, los rincones del sitio de memoria…porque Facundo tiene discapacidad visual, sólo ve algunos bultos y sombras, pero eso no le ha impedido trabajar en este lugar durante casi tres años. 

"Soy ciego de nacimiento porque nací prematuro", explica.  

De memoria arma mallas puesta a tierra de dos tipos, unos cables cortados de determinado tamaño que llevan conectores en los extremos y que permiten descargar la energía a tierra en caso de que haya alguna falla. Él los corta y coloca las puntas, todo con aparatos que los empleados del lugar han adaptado para él.

La mesa de trabajo también guarda la memoria del lugar donde va cada cosa para volver a encontrarla. Los cajoncitos en los estantes contienen ordenadamente cada recurso, tienen números que no ve pero encuentra, claro, de memoria. Puede hallar el elemento que necesita con gran certeza entre esas diversas opciones.

Es pura estrategia, desarrollo de habilidades, confianza, querer crecer. Por eso varios de los cajones tienen sus inscripciones con etiquetas transcriptas en sistema Braile.

"Yo estoy acá más que nada por mi familia, porque yo he puesto mucho de mi, no es que yo esté acá por ser ciego sino porque he puesto de mi parte, me gusta aprender, pero mi mamá y mi papá me han dado siempre el consejo de ofrecerme, predisponerme cuando se necesita algo, no estar de brazos cruzados y pensar en que quiero dar más y quiero ser más", subrayó.

Dijo que estar con sus compañeros es lo que más le gusta de ir a trabajar: "acá todos me tratan como uno más, por ahí está en el medio el apendizaje porque muchos no saben cómo tratar con personas ciegas y es lo lógico, porque te toman o te subestiman pero no lo hacen de mala fe".

 

Superarse

Vive en Luján, contó que su papá lo lleva todos los días al trabajo y luego se va al suyo. Llega a las 7.30 y se va a las 13.30.

Relató que hizo la escuela primaria y secundaria en un establecimiento “común”, aunque reconoce que no pudo escapar a las burlas, por lo que no fue fácil.

"Siempre a la persona con discapacidad se le hace bullying, en la escuela no te integran bien y los compañeros te gritan cosas", advirtió con firmeza, expresando a la vez su fortaleza para superar desafíos que van más allá de las capacidades sino que tienen que ver con la confianza en sí mismo.

Fue al instituto Uniredes donde le brindaron algunas herramientas para desenvolverse y fueron justamente tutores de este lugar los que lo acompañaron al inicio de su experiencia laboral.

El ingeniero Rubén Massi, gerente operativo y de producción de la empresa, conocido de la familia, fue quien hizo de nexo para que pudiese sumarse. El profesional destacó que ha sido una incorporación muy importante ya que cambió el clima laboral y entre compañeros, quienes aprendieron la importancia de trabajar en equipo y con la buena actitud que contagia Facundo. "El se integró muy rápidamente porque tiene una forma de ser muy especial y también lo es su forma de comunicarse", señaló.

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